Los fundadores

 

Un viaje en el tiempo que cuenta la historia de dos hombres, pioneros y visionarios que, partiendo de una brillante intuición, han transformado sus sueños en memorables aventuras empresariales.

Roberto Rancilio

Roberto Rancilio nació en Parabiago el 23 de abril de 1896. Pasó su juventud en esta pequeña ciudad a las afueras de Milán, respirando el optimismo y la seguridad que impregnaban la sociedad de principios del 1900. Sin embargo, el espíritu de la Belle Époque se estaba desvaneciendo. El estallido de la Primera Guerra Mundial dejó una marca indeleble en la vida de la gente de todo el mundo, y cuando Roberto fue reclutado, la familia Rancilio también se vio profundamente afectada..

En marzo de 1916, Roberto llegó al frente.

 

EL HÉROE DE GUERRA

En marzo de 1916, Roberto llegó al frente. Fue herido el 15 de mayo durante un tiroteo y fue dado de alta con una medalla de honor.

 

EL NUEVO INICIO

Tras la guerra, Italia entró en un estado de euforia febril. Soñaba con volver a empezar, y reía y lloraba en el cine con las películas de Charlie Chaplin, Rodolfo Valentino y Greta Garbo. A pesar de la pobreza generalizada y de las muertes que aún se lloraban, todos querían olvidar el pasado y empezar de nuevo

EL MATRIMONIO

El 4 de abril de 1921, Roberto se casó con Rosa Bongini, que permanecería a su lado el resto de su vida.

La Officina Rancilio

 

EL EDIFICIO

Después de un aprendizaje en varios talleres mecánicos, Roberto presentó una solicitud al Ayuntamiento de Parabiago en marzo de 1926 para construir un pequeño edificio en Via Galeazzi 1a, la primera ubicación de Officina Rancilio.

LA VISIÓN EMOCIONANTE

Roberto estaba convencido de que el café no tardaría en apoderarse de Italia, y creía firmemente que el éxito de los lugares de encuentro donde se podía disfrutar en compañía de otros seguiría creciendo. Era el momento de transformar esta intuición en una actividad empresarial en toda regla.

 

 

 

 

La doble R

 

EL LOGO

En 1927, en el taller de Parabiago, Roberto construyó su primera máquina de café pieza a pieza. El resultado fue La Regina, una obra de arte mecánica. Tras comprender la importancia de que sus productos se asociaran a un logotipo reconocible, Roberto diseñó inmediatamente el logotipo de la «doble R», que aún hoy aparece en todos los productos Rancilio.

Rancilio Graziosa y Invicta

La Officina Meccanica Roberto Rancilio comenzó a funcionar oficialmente en 1930. Al año siguiente, Roberto presentó tres nuevos modelos de máquina de café – la Ottagonale, la Graziosa y la Invicta – y registró nuevas patentes.

LA FAMILIA

La familia también estaba creciendo, y tras Francesco (1921) y Antonietto (1929), nació Romano en 1935. En los años 30, también creó el primer cartel publicitario de la empresa y, en 1938, presentó sus productos por primera vez en la Feria Internacional de Milán.

Los años de la Segunda Guerra Mundial

 

LA REINVENCIÓN

Durante la Segunda Guerra Mundial, Roberto se vio obligado a suspender la producción de sus máquinas de café. Sin embargo, para mantener el taller en funcionamiento, reconvirtió el negocio y se volcó en la producción de máquinas de fresado, estampado e hilado.

 

Inmediatamente después de la guerra, Roberto Rancilio comenzó a fundir partes metálicas y piezas de obuses para reiniciar su negocio. En la misma época y de forma muy parecida, es decir, reutilizando materiales y diseños militares, se inventó la Vespa Piaggio, que se convirtió rápidamente en un símbolo del renacimiento de Italia.

Una vez reanudada la producción de máquinas de café, Roberto compró un abono de tren y comenzó a viajar de nuevo para reforzar sus relaciones con los proveedores, encontrar nuevos clientes (incluso en el extranjero) y a participar en ferias internacionales. Le movía la fuerza de voluntad, creía profundamente en su pasión y estaba seguro de que pronto los italianos volverían a reunirse en los bares para tomar un café antes de empezar la jornada o incluso después del trabajo, escuchando las últimas noticias en la radio o comentando los resultados de las continuas carreras ciclistas entre Coppi y Bartali.

 

 

En el mundo de las máquinas de café

 

LA TÉCNICA SE UNE AL DISEÑO

En 1948 se presentó la Ideale, la primera máquina de café Rancilio con caldera horizontal.
Le siguió en 1949 la Fortuna, el primer modelo de palanca.
Los años 50 fueron la época del milagro italiano: se lanzó el servicio de televisión de la RAI, junto con el Fiat 600, lo que provocó la fiebre por la compra de coches. En esta Italia, tan enamorada de los coches pequeños y seducida por los electrodomésticos, Rancilio cimentó su posición antes de alcanzar nuevas cotas gracias al éxito de la Preziosa y la Ducale.

La Rancilio di Roberto Rancilio

 

LA ERA MODERNA

Roberto Rancilio siguió trabajando en sus productos, experimentando con el uso del plástico, así como en su forma de comunicar, mezclando la tradicional marca «doble R» con los nuevos estilos y tendencias de la época. Para señalar el paso de taller a empresa moderna, la denominación social cambia y se funda «La Rancilio di Roberto Rancilio» en 1954.

LA EMPRESA

A punto de cumplir 60 años, el 4 de enero de 1956, Roberto Rancilio falleció en su casa de Parabiago. La empresa no solo perdió a su fundador y propietario, sino que, sobre todo, perdió a un hombre capaz de hacer que todos se implicaran, con auténtica pasión, en su aventura humana y profesional. Su mujer y sus tres hijos seguirían ampliando la empresa a lo largo de los años.

 

Kastor Egloff

Kastor Egloff nació el 28 de noviembre de 1820 en Rohrdorf, un municipio del distrito suizo de Baden. El sexto de diez hijos, Kastor tuvo que empezar a ganarse la vida a una edad muy temprana. Trabajó como jornalero en el campo y, por un golpe de suerte, consiguió una plaza en el instituto educativo «Neuhof» de Birr, fundado por el educador y filósofo Johann Heinrich Pestalozzi. Se trataba de una escuela industrial con programas de vanguardia que ofrecía a algunos de los niños más desfavorecidos, como Kastor, la oportunidad de asistir a clases y aprender un oficio..

 

LA HABILIDAD MANUAL

En 1827, tras la muerte de Pestalozzi, el joven Kastor decidió quedarse en Birr. Se dedicaba a la cría de ganado y, en un pequeño taller, reparaba electrodomésticos y utensilios de cocina, demostrando un nivel de habilidad manual poco común.

 

 

 

EL PERÍODO DE ZÚRICH

En 1836, con la ayuda de la viuda del educador, la señora Pestalozzi, se trasladó a Zúrich, donde fue aprendiz en una empresa de mecánica durante cuatro años.

LA TRAYECTORIA

En 1849, Kastor regresó a la casa de sus padres en Rohrdorf, se casó con Barbara Stieger y abrió un taller. La joven pareja fabricaba cucharones y espumaderas de metal, trabajando en un torno a pedal. Cada dos semanas, Kastor viajaba a Zúrich para vender sus productos en el mercado o en ferreterías.

El principio

 

DONDE NACIÓ LA EMPRESA

En 1851 nació Wilhelm Egloff. Fue el primero de los nueve hijos de la pareja. Alrededor de la misma época, se construyó un pequeño taller con un molino de agua en el lugar donde la empresa sigue ubicada hoy.

Producir y vender productos era un trabajo duro, especialmente en invierno, y en 1857, fue únicamente gracias a Bárbara que Kastor no cerró la tienda y pudo irse a trabajar como supervisor en Oederlin, en Baden.

 

 

EL CRECIMIENTO CONSTANTE

Seguir invirtiendo en la empresa familiar fue una decisión valiente y con visión de futuro. En pocos años, la plantilla aumentó a diez empleados y se fabricaron nuevos artículos: tapaderas de las cacerolas, candelabros, tenedores y rejillas para los tubos de las estufas de aluminio y latón. En la década de 1860, la empresa pasó a tener 20 empleados y Kastor comenzó a producir también lámparas de aceite. La empresa siguió creciendo con la ayuda de Wilhelm y Julius, los hijos mayores de Kastor y Barbara.

EL ÉXITO

Abrieron una fundición y en 1871 la empresa alcanzó una facturación de 150 000 francos suizos. En 1876, Kastor adquirió una prensa de embutición profunda –la primera en Suiza – y comenzó a producir cubos de basura y otros artículos domésticos chapados en estaño.

 

«UN AÑO DE GRANDES CAMBIOS»

Fue un año trágico: mientras trabajaba con la nueva prensa, Kastor perdió una mano y, pocas semanas después, sufrió un derrame cerebral. Su hijo Julius se hizo cargo de la empresa y, con la ayuda de su hermano August, pasó a dirigirla hasta 1894, cuando Adolf y Karl Reber adquirieron una cuota de la empresa, invirtiendo todo su patrimonio. Este fue un año de cambios radicales que provocaría el alejamiento de los Egloff de la empresa. Cuando Hermann Weber se unió a la empresa con los hermanos Reber, Kastor y Julius Egloff se convirtieron en socios silenciosos.

Kastor Egloff murió en 1905 a la edad de 85 años. Cuando murió el fundador, la empresa aún no había empezado a fabricar máquinas de café.

La Supra I, su primera máquina de café de filtro, no se presentaría hasta 1934, un año después de la muerte de Julius Egloff.

Egro AG

 

UN TRIBUTO AL LEGADO

Y no fue hasta 1979, tras varias evoluciones y cambios de propiedad, cuando la empresa pasó a llamarse Egro AG, compuesta por las dos primeras letras del apellido del fundador (Egloff) y la ciudad en la que nació (Rohrdorf). Un homenaje a la valentía empresarial de Kastor, que encarna plenamente el espíritu de la empresa hasta el día de hoy.

1896

Roberto Rancilio

Roberto Rancilio nació en Parabiago el 23 de abril de 1896. Pasó su juventud en esta pequeña ciudad a las afueras de Milán, respirando el optimismo y la seguridad que impregnaban la sociedad de principios del 1900. Sin embargo, el espíritu de la Belle Époque se estaba desvaneciendo. El estallido de la Primera Guerra Mundial dejó una marca indeleble en la vida de la gente de todo el mundo, y cuando Roberto fue reclutado, la familia Rancilio también se vio profundamente afectada.

1896
1916

En marzo de 1916, Roberto llegó al frente.

 

EL HÉROE DE GUERRA

En marzo de 1916, Roberto llegó al frente. Fue herido el 15 de mayo durante un tiroteo y fue dado de alta con una medalla de honor.

1916
1918

EL NUEVO INICIO

 

Tras la guerra, Italia entró en un estado de euforia febril. Soñaba con volver a empezar, y reía y lloraba en el cine con las películas de Charlie Chaplin, Rodolfo Valentino y Greta Garbo. A pesar de la pobreza generalizada y de las muertes que aún se lloraban, todos querían olvidar el pasado y empezar de nuevo.

1921

EL MATRIMONIO

 

El 4 de abril de 1921, Roberto se casó con Rosa Bongini, que permanecería a su lado el resto de su vida.

1926

La Officina Rancilio

 

EL EDIFICIO

Después de un aprendizaje en varios talleres mecánicos, Roberto presentó una solicitud al Ayuntamiento de Parabiago en marzo de 1926 para construir un pequeño edificio en Via Galeazzi 1a, la primera ubicación de Officina Rancilio.

LA VISIÓN EMOCIONANTE

 

Roberto estaba convencido de que el café no tardaría en apoderarse de Italia, y creía firmemente que el éxito de los lugares de encuentro donde se podía disfrutar en compañía de otros seguiría creciendo. Era el momento de transformar esta intuición en una actividad empresarial en toda regla.

1927

La doble R

 

EL LOGO

En 1927, en el taller de Parabiago, Roberto construyó su primera máquina de café pieza a pieza. El resultado fue La Regina, una obra de arte mecánica. Tras comprender la importancia de que sus productos se asociaran a un logotipo reconocible, Roberto diseñó inmediatamente el logotipo de la «doble R», que aún hoy aparece en todos los productos Rancilio.

1930

Rancilio Graziosa y Invicta

 

La Officina Meccanica Roberto Rancilio comenzó a funcionar oficialmente en 1930. Al año siguiente, Roberto presentó tres nuevos modelos de máquina de café – la Ottagonale, la Graziosa y la Invicta – y registró nuevas patentes.

LA FAMILIA

 

La familia también estaba creciendo, y tras Francesco (1921) y Antonietto (1929), nació Romano en 1935. En los años 30, también creó el primer cartel publicitario de la empresa y, en 1938, presentó sus productos por primera vez en la Feria Internacional de Milán.

Los años de la Segunda Guerra Mundial

 

LA REINVENCIÓN

Durante la Segunda Guerra Mundial, Roberto se vio obligado a suspender la producción de sus máquinas de café. Sin embargo, para mantener el taller en funcionamiento, reconvirtió el negocio y se volcó en la producción de máquinas de fresado, estampado e hilado.

Después de la guerra

 

Inmediatamente después de la guerra, Roberto Rancilio comenzó a fundir partes metálicas y piezas de obuses para reiniciar su negocio. En la misma época y de forma muy parecida, es decir, reutilizando materiales y diseños militares, se inventó la Vespa Piaggio, que se convirtió rápidamente en un símbolo del renacimiento de Italia.

Ferias internacionales

 

Una vez reanudada la producción de máquinas de café, Roberto compró un abono de tren y comenzó a viajar de nuevo para reforzar sus relaciones con los proveedores, encontrar nuevos clientes (incluso en el extranjero) y a participar en ferias internacionales. Le movía la fuerza de voluntad, creía profundamente en su pasión y estaba seguro de que pronto los italianos volverían a reunirse en los bares para tomar un café antes de empezar la jornada o incluso después del trabajo, escuchando las últimas noticias en la radio o comentando los resultados de las continuas carreras ciclistas entre Coppi y Bartali.

1948

En el mundo de las máquinas de café

 

LA TÉCNICA SE UNE AL DISEÑO

En 1948 se presentó la Ideale, la primera máquina de café Rancilio con caldera horizontal.

Le siguió en 1949 la Fortuna, el primer modelo de palanca.

Los años 50 fueron la época del milagro italiano: se lanzó el servicio de televisión de la RAI, junto con el Fiat 600, lo que provocó la fiebre por la compra de coches. En esta Italia, tan enamorada de los coches pequeños y seducida por los electrodomésticos, Rancilio cimentó su posición antes de alcanzar nuevas cotas gracias al éxito de la Preziosa y la Ducale.

1954

La Rancilio di Roberto Rancilio

 

LA ERA MODERNA

Roberto Rancilio siguió trabajando en sus productos, experimentando con el uso del plástico, así como en su forma de comunicar, mezclando la tradicional marca «doble R» con los nuevos estilos y tendencias de la época. Para señalar el paso de taller a empresa moderna, la denominación social cambia y se funda «La Rancilio di Roberto Rancilio» en 1954.

1956

LA EMPRESA

 

A punto de cumplir 60 años, el 4 de enero de 1956, Roberto Rancilio falleció en su casa de Parabiago. La empresa no solo perdió a su fundador y propietario, sino que, sobre todo, perdió a un hombre capaz de hacer que todos se implicaran, con auténtica pasión, en su aventura humana y profesional. Su mujer y sus tres hijos seguirían ampliando la empresa a lo largo de los años.

Kastor Egloff

 

Kastor Egloff nació el 28 de noviembre de 1820 en Rohrdorf, un municipio del distrito suizo de Baden. El sexto de diez hijos, Kastor tuvo que empezar a ganarse la vida a una edad muy temprana. Trabajó como jornalero en el campo y, por un golpe de suerte, consiguió una plaza en el instituto educativo «Neuhof» de Birr, fundado por el educador y filósofo Johann Heinrich Pestalozzi. Se trataba de una escuela industrial con programas de vanguardia que ofrecía a algunos de los niños más desfavorecidos, como Kastor, la oportunidad de asistir a clases y aprender un oficio.

LA HABILIDAD MANUAL

 

En 1827, tras la muerte de Pestalozzi, el joven Kastor decidió quedarse en Birr. Se dedicaba a la cría de ganado y, en un pequeño taller, reparaba electrodomésticos y utensilios de cocina, demostrando un nivel de habilidad manual poco común.

EL PERÍODO DE ZÚRICH

 

En 1836, con la ayuda de la viuda del educador, la señora Pestalozzi, se trasladó a Zúrich, donde fue aprendiz en una empresa de mecánica durante cuatro años.

LA TRAYECTORIA

 

En 1849, Kastor regresó a la casa de sus padres en Rohrdorf, se casó con Barbara Stieger y abrió un taller. La joven pareja fabricaba cucharones y espumaderas de metal, trabajando en un torno a pedal. Cada dos semanas, Kastor viajaba a Zúrich para vender sus productos en el mercado o en ferreterías.

El principio

 

DONDE NACIÓ LA EMPRESA

En 1851 nació Wilhelm Egloff. Fue el primero de los nueve hijos de la pareja. Alrededor de la misma época, se construyó un pequeño taller con un molino de agua en el lugar donde la empresa sigue ubicada hoy.
Producir y vender productos era un trabajo duro, especialmente en invierno, y en 1857, fue únicamente gracias a Bárbara que Kastor no cerró la tienda y pudo irse a trabajar como supervisor en Oederlin, en Baden.

EL CRECIMIENTO CONSTANTE

 

Seguir invirtiendo en la empresa familiar fue una decisión valiente y con visión de futuro. En pocos años, la plantilla aumentó a diez empleados y se fabricaron nuevos artículos: tapaderas de las cacerolas, candelabros, tenedores y rejillas para los tubos de las estufas de aluminio y latón. En la década de 1860, la empresa pasó a tener 20 empleados y Kastor comenzó a producir también lámparas de aceite. La empresa siguió creciendo con la ayuda de Wilhelm y Julius, los hijos mayores de Kastor y Barbara.

EL ÉXITO

 

Abrieron una fundición y en 1871 la empresa alcanzó una facturación de 150 000 francos suizos. En 1876, Kastor adquirió una prensa de embutición profunda –la primera en Suiza – y comenzó a producir cubos de basura y otros artículos domésticos chapados en estaño.

«UN AÑO DE GRANDES CAMBIOS»

 

Fue un año trágico: mientras trabajaba con la nueva prensa, Kastor perdió una mano y, pocas semanas después, sufrió un derrame cerebral. Su hijo Julius se hizo cargo de la empresa y, con la ayuda de su hermano August, pasó a dirigirla hasta 1894, cuando Adolf y Karl Reber adquirieron una cuota de la empresa, invirtiendo todo su patrimonio. Este fue un año de cambios radicales que provocaría el alejamiento de los Egloff de la empresa. Cuando Hermann Weber se unió a la empresa con los hermanos Reber, Kastor y Julius Egloff se convirtieron en socios silenciosos.

1934: Las máquinas de café

 

Kastor Egloff murió en 1905 a la edad de 85 años. Cuando murió el fundador, la empresa aún no había empezado a fabricar máquinas de café.
La Supra I, su primera máquina de café de filtro, no se presentaría hasta 1934, un año después de la muerte de Julius Egloff.

Egro AG

 

UN TRIBUTO AL LEGADO

Y no fue hasta 1979, tras varias evoluciones y cambios de propiedad, cuando la empresa pasó a llamarse Egro AG, compuesta por las dos primeras letras del apellido del fundador (Egloff) y la ciudad en la que nació (Rohrdorf). Un homenaje a la valentía empresarial de Kastor, que encarna plenamente el espíritu de la empresa hasta el día de hoy.

 

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